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Escribo estos argumentos sobre Adolf Hitler y Eva Braun porque ya no queda, prácticamente, gente que haya vivido las atrocidades de la segunda Guerra Mundial, por quienes tengo mi profundo respeto y consideración y les pueda afectar su contenido.
Marcaré con negrita a aquellas personas que darían un fehaciente o posible certeza en su testimonio.


La historia oficial


La versión oficial que concuerda con la versión dada por su secretaria personal Traudl Junge, indica que Hitler renunció a intentar huir de Berlín y se suicidó con un tiro de pistola y, al mismo tiempo, ingiriendo una cápsula de cianuro en su Führerbunker, a 15 m de profundidad en el subsuelo del edificio de la Cancillería en Berlín, junto a su nueva esposa Eva Braun y rodeado de unos pocos incondicionales, el 30 de abril de 1945.

Hacia el mediodía, se reunió con sus secretarias y almorzó silenciosamente; luego se despidió de cada una de ellas regalándole una cápsula de cianuro. Posteriormente se despidió de la familia de Joseph Goebbels, sin hacer caso a las peticiones de su esposa Magda Goebbels de no cometer suicidio. Hacia las 15:30 horas, Hitler y Eva Braun se reunieron frente a la sala de mapas contigua al despacho privado y se despidieron de sus edecanes, Heinz Linge y Otto Günsche, quienes cerraron la puerta; un par de minutos después se escuchó un solo disparo ahogado.

Los edecanes esperaron unos 15 minutos y encontraron a Hitler doblado sobre si mismo en un sillón exhibiendo una mueca deformada en su boca, con una pistola Walther PPK de 7,65 mm caída de su mano derecha y con un hilo de sangre manchando la cara del líder. Eva Braun no alcanzó a percutir su arma y estaba tendida a lo largo del diván con los ojos aún abiertos; el efecto del cianuro no le permitió el uso del arma.


Heinz Linge relató de primera mano lo que vio en el despacho de Hitler:

"Cuándo abrí la puerta de su habitación, me encontré con una escena que nunca olvidaré: a la izquierda del sofá estaba Hitler, sentado y muerto. A su lado, también muerta, Eva Braun. En la sien derecha de Hitler se podía observar una herida del tamaño de una pequeña moneda y sobre su mejilla corrían dos hilos de sangre. En la alfombra, junto al sofá, se había formado un charco de sangre del tamaño de un plato. Las paredes y el sofá también estaban salpicados con chorros de sangre. La mano derecha de Hitler descansaba sobre la rodilla, con la palma mirando hacia arriba. La mano izquierda colgaba inerte. Junto al pie derecho de Hitler, había una pistola del tipo Walther PPK calibre 7,65 mm. Al lado del pie izquierdo, otra del mismo modelo, pero de calibre 6,35 mm. Hitler vestía su uniforme militar gris y llevaba puestas la insignia de oro del Partido, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la medalla de los heridos de la Primera Guerra Mundial; además, llevaba puesta una camisa blanca con corbata negra, un pantalón de color negro, calcetines y zapatos negros de cuero”.

De inmediato, se sacaron ambos cuerpos envueltos en una alfombra, Linge y Günshe transportaron el cuerpo de Hitler en la alfombra, mientras que Martin Bormann y Erich Kempka trasladaron a Eva Braun, donde aparentemente Bormann trataría con muy poca consideración dicho cuerpo, y fueron subidos hacia el patio de la Cancillería, siendo depositados en un agujero de obús; Günsche roció ambos cuerpos con unos 200 litros de gasolina; luego, ante la imposibilidad de acercar un cerillo a causa de la brisa, Bormann hizo un antorcha que prendió y se la pasó a Erich Kempka quien les prendió fuego; estaban presentes Goebbels y otros dignatarios.


La caída de obuses rusos en el patio impidió seguir en el exterior, por lo que los restos no se consumieron completamente y fueron enterrados superficialmente. Fueron encontrados recién el 9 de mayo por una unidad especial soviética de la SMERSH. Las piezas dentales intactas fueron comparadas con archivos dentales suministrados por una ayudante del dentista de Hitler y ratificados. De todos modos, los rusos no divulgaron mayor información, desencadenando toda suerte de mitos, que perduran hasta el día de hoy.


Los rusos llevaron finalmente los restos a un cuartel en Magdeburgo, junto a los restos de la familia Goebbels, y los enterraron en un jardín. Sólo altos y contados funcionarios de la NKVD sabían donde estaban y permanecieron hasta 1970, año en que fueron destruidos por orden del Premier Yuri Andropov.


En 1970 el lugar donde se ocultaban los cuerpos iba a pasar a manos del Gobierno de la República Democrática Alemana. El dirigente del KGB de entonces, Yuri Andrópov, convenció al Politburó comunista de la necesidad de acabar definitivamente con los restos de Hitler y su esposa antes de que fueran descubiertos y convertidos en un lugar de peregrinación. El 4 de abril de ese año un grupo de agentes del KGB exhumaron los cadáveres y los incineraron hasta convertirlos en cenizas. Solo se salvaron la mandíbula y algunos trozos del cráneo de Hitler que fueron llevados a la URSS. Casi 40 años después, las autoridades rusas desvelaron que tenían en su poder esos restos. La mandíbula en el Archivo del FSB, mientras que los trozos de cráneo en el Archivo Estatal de Rusia.

Refs.: ref 1, ref 2, ref 3


Hipótesis

Cuando los efectivos soviéticos entraron al refugio de Hitler, el líder ruso Joseph Stalin inmediatamente pidió un informe sobre su suerte corrida. La noticia que le dieron sus generales fue terminante: el hombre más buscado había escapado. En esos mismos términos Stalin comunicó la novedad a Estados Unidos. La ampliación de la impactante información inicial es inquietante ya que los soviéticos afirmaron además que Hitler había huido en submarino, con destino presunto a España o Argentina.

Todo lo antedicho se encuentra documentado
fue publicado inclusive por los diarios de la época y quien quiera cuestionar la huida de Hitler debería empezar por conocer esta parte de la historia oficial tapada luego con desinformación también oficial. (ref)


Datos que se presentan

En 1970 un estudio de la Universidad de Connecticut tras analizar las muestras de ADN del cráneo y determinar que pertenecía a una mujer de entre 20 y 40 años. Sin embargo, como el propio grupo de investigación explicaba, su trabajo solamente demostraba que ese cráneo no era de Hitler. (ref)

El testimonio de Catalina Gamero

Esta señora Catalina Gamero cuando tenía 17 años atendió como sirvienta en el Eden Hotel y vio en una oportunidad a Hitler. Vea sus comentarios en este video, este y este otro. El Eden Hotel (Eden sin tilde, así aparece en los documentos originales) fue un hotel de la localidad de La Falda, provincia de Córdoba, Argentina (GoogleMap: -31.091667,-64.467222) y que ya hoy quedó como solamente como una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. (ref 1, ref 2, ref 3, ref 4)

El testimonio de Hernán Ansín

El señor Hernán Ansín (1933) explica en 1991 que en 1953 viera a Hitler y a su esposa. (ref)

Datos de Patrick Burnside

El investigador italiano Patrick Burnside explica que no se investigó debidamente la muerte en el búnker. Luego llegan 2 submarinos el 22 de julio de 1945 a la Caleta de los Loros (GoogleMap: -41.02783,-64.134436), golfo de San Matías, que queda a 90 Km al oeste de Viedma, provincia de Río Negro, Argentina, con la anuencia de los EE.UU. y la complicidad del gobierno de Domingo Perón, bajando allí Hitler y 50 militares más. Luego hunden ambos submarinos y aún se pueden ver conforme una fotografía satelital.
Su primer destino fue en la estancia San Ramón, localidad de Dina Huapi (GoogleMap: -41.07,-71.165), Departamento Pilcaniyeu; provincia de Río Negro, Argentina. Luego de 2 años se traslada a la estancia Inalco (GoogleMap: -41.017935,-71.824998, diseñada en 1943 por Alejandro Bustillo para su dueño originario García Merú) zona de Villa La Angostura, Neuquén, de 6 Km de costa sobre el lago Nahuel Huapi y a aproximados sólo 2 Km de la frontera con Chile, con 460 Hectáreas, de acceso en ese momento imposible por tierra sino por el agua en embarcación o hidroavión.
El dormitorio de él y el de su mujer estaban unidos por el baño y el vestidor, y que como otras partes de los planos la edificación, coincidirían con los de su antigua segunda residencia de Berghof (GoogleMap: 47.633611,13.041944), Obersalzberg, en los Alpes Bávaros cerca de Berchtesgaden, Alemania. También salones, estar y chimeneas estaban ubicados en la planta baja. Edificaciones y habitaciones jerárquicas, fuente tirolesa, gran extensión de terreno, alambrado, etc. (ref 1, ref 2)

Datos de Eduardo Frías

Eduardo Frías, un vecino de Viedma, veterinario y fotógrafo aficionado, tomó las siguientes imágenes con los supuestos restos de dos submarinos en Caleta de los Loros. Ya falleció, pero su hijo Guillermo recuerda que “nosotros siempre íbamos a veranear a Pozo Salado, que es otro sector de la misma playa de Caleta de los Loros. El relato de los submarinos existió desde hace décadas. Mi viejo, en realidad, fue a hacerle fotos, allá por 1994 o 1996, a los flamencos. Hay un pastizal grande sobre el mar, donde van a comer. Su idea era tomarlo desde el aire. Contrató una avioneta (un Piper P11 piloteado por Mario Chironi) y salieron. En uno de los giros se abren hacia el mar y divisan algo que les parecieron dos ballenas. Gatilló unas cuatro fotos, las reveló en Viedma y se empezó a correr la bola que había fotografiado dos submarinos. Salió en el diario Río Negro y al poco tiempo vinieron dos personas a verlo”. Una de ellas era de la Armada Argentina. “Le solicitaron los negativos para peritarlos, con la promesa de devolverlos. Lo hicieron y dijeron que había un alto porcentaje de posibilidades que fueran submarinos, pero no le devolvieron nada…”. Pero en 2010, la entonces ministra de Defensa Nilda Garré ordenó desclasificar parte de los documentos. Lo que se supo es que los submarinos serían en realidad, restingas, formaciones rocosas del fondo marino. (ref)

Datos de Tony Brochado

Esta persona habría encontrado una botella alemana en la zona de Caleta de los Loros. Su fotografía.

El testimonio de Celestino Quijada

Dijo: "Lo vi a Hitler cuando mis patrones me mandaron a cortar ramas en una maderera junto al cerro Otto. Estaba sentado en una silla y lo reconocí por las fotos del diario" (ref)

El testimonio de Alejandro Heil

El señor Alejandro Heil, hijo del ex-coronel Julio Arturo Heil, cuenta que su padre dijo que en el año 1953 por orden de Juan Domingo Perón llevó un maletín a Adolfo Hitler en la zona de San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina. Su padre accede a que se lo grabe en audio.

El testimonio de Víctor Luego

Dijo: “Mi mamá nos contó en distintas oportunidades que sus padres habían atendido a Hitler en el reservado de la estancia San Ramón, ubicada a la entrada de Bariloche" (ref)

Datos del investigador Abel Basti

Dice Abel Basti que posee un facsímil de un documento secreto de la CIA del 17 de octubre de 1955 donde hay una foto en la que se lo ve a Hitler en 1954 con otro nazi, el ex SS Phillip Citröen,  en Tunja, Colombia.

Según su libro "Tras los pasos de Hitler" dice que Hitler visitó varios países de Sudamérica con distintas identidades falsas, entre ellas la de Kurt Bruno Kirchner que utilizó durante su estadía en Paraguay. Cuenta que "no vivió enclaustrado" sino que se trasladaba con total libertad no sólo por el territorio argentino, sino también por países como Brasil, Colombia y Paraguay. Según este escritor, las principales agencias de inteligencia del mundo, como la CIA estadounidense y el MI6 británico, contaban con informes y fotografías que confirmaban la presencia de Hitler en Sudamérica después de 1945.
Durante los dos primeros mandatos del expresidente argentino Juan Domingo Perón (1895-1974), Hitler vivió en la hacienda San Ramón, a unos 15 kilómetros de Bariloche, a la que llegó en tren desde la costa patagónica. Numerosos son los testimonios citados en el libro aparentemente corroborarían la presencia del Führer en la región, al asegurar haber estado junto a él o tener un familiar que tenía una relación cercana con el presidente del Tercer Reich. Tales son los casos de Eloísa Luján, quien era una de las "catadoras" de la comida que se le servía al nazi para asegurar que esta no estaba envenenada, y de Ángela Soriani, la sobrina de la cocinera de Hitler, Carmen Torrentegui, en el tiempo que éste pasó en la finca sureña.
Se cita un testimonio del brasileño exsargento Fernando Nogueira de Araujo hijo de un alto cargo nazi, quien asegura que el Führer falleció el 5 de febrero de 1971 y está sepultado en una cripta en un antiguo búnker subterráneo nazi en Paraguay, donde en la actualidad se levanta un "moderno y exclusivo hotel".
El paraguayo Dardo Castelluccio, nacido en 1966, dijo: "Personas muy importantes, como los ministros, han hablado conmigo sobre ello. Por ejemplo, el Dr. Insfrán y el ministro del Interior Montanaro. Estas personas me han confirmado personalmente, que Hitler estaba aquí (en Paraguay)". Cabe notar que Insfrán fue citado por el testigo Pedro Cáceres.
También encontró un dato importante que revela que Hitler mantenía comunicación personal con gente de Paraguay ya desde antes de la guerra. Esto queda demostrado al menos en el caso de la señora Felicia V. de Haseitel quien residía en la calle Francisco Franco 23 de Asunción. En tal sentido, pudo Basti acceder a una carta redactada por el Führer que él enviara a esta persona el 14 de enero de 1939.

Está la referencia de a señora Hilda Weiler, dueña del Hotel Cecilia en Asunción, Paraguay, que en sus años de juventud estuvo como aprendiz de hotelería en el Eden Hotel de Córdoba, Argentina, comentó que una familia Eichhorn de Buenos aires, Argentina, tenía una muy buena relación con Hitler y los ha visitado una vez. Puede ver una fotografía. Además, Hilda Weiler recordó que una maestra suya, la señora Anneliese Brunner, también le había revelado que Hitler había estado en Córdoba después de la guerra. Por otra parte, el señor Paredes que es amigo de la familia Weiler, confirmó que en el Hotel del Paraguay que es propiedad de los
Weiler, estuvieron varias veces Martin Bormann, Hans-Ulrich Rudel y Otto Skorzeny.

Basti desmiente al capitán Manuel Monasterio en su libro "Operación Patagonia. Hitler murió en la Argentina" en el cual asegura haber accedido a un informe de un tal doctor Lehmann, quien habría atendido a Hitler en sus últimas horas de vida. En esos escritos se afirma que el jefe nazi padecía síntomas de demencia senil y que falleció, afectado de una hemiplejía, el 13 de febrero de 1962, en una estancia donde se encontraba viviendo, en el sur argentino. En el capítulo IX, Monasterio asegura haber conocido a un guardaespaldas de Hitler, quien le habría contado que cuidó al Führer en Argentina. Con los pocos datos que le aportó ese hombre, Monasterio escribió su libro, al tener la plena certeza, merced al del relato del guardaespaldas, de que Hitler había vivido en el país. Pero el mismo Monasterio admitió, durante los encuentros personales que mantuve con él, que se trata de una novela, con lo cual los datos que se aporta no pueden ser tomados como reales.
Basti llega a la conclusión que debe destacarse que los restos de Hitler yacen en un refugio subterráneo en el Paraguay y que si bien antes estaba dentro de una antigua construcción de madera de un antiguo club alemán, luego, la misma fue demolida y se construyó en ella un moderno y exclusivo hotel.

Nos dice también que Hitler estuvo en Villa La Angostura  hasta eso del 1957, y que también visitó Mar del Plata, Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
Refs.: ref 1, ref 2, ref 3, ref 4

El testimonio de James Francis Byrnes

El ex secretario de Gobierno norteamericano James Francis Byrnes (1879-1972), en su libro "Speaking Frankly" (1947), cuenta que durante la conferencia de Potsdam, en agosto de 1945 cuando le preguntó a Stalin su teoría sobre la muerte de Hitler el líder soviético replicó: “Él no esta muerto. Él escapó hacia España o Argentina”. (ref)

Datos de Gerrard Williams y Simon Dunstan

En el libro “Lobo gris: el escape de Adolf Hitler” cuyo autores son Gerrard Williams y Simon Dunstan, este último nos dice: “No queremos reescribir la historia, pero la evidencia que hemos descubierto acerca del escape de Adolf Hitler es demasiado importante para ignorarla". Aseguró el periodista Williams que murió "de viejo" en la Argentina y existen una serie de evidencias que indican que su muerte se produjo en el país 17 años después de que se escapara de Alemania. De acuerdo con las evidencias recabadas por ellos, el Führer y su amante Eva Braun salieron en un vuelo de Alemania en forma secreta en abril de 1945 con destino a la Argentina, gracias a la ayuda de inteligencia de Estados Unidos que habría sido cómplice de la fuga, a cambio del acceso a la tecnología de guerra nazi. Según estos autores, se presume que el líder nazi vivió en el país y crió a sus dos hijas y murió en 1962.  (ref)

El testimonio de Fernando Nogueira de Araujo

Fernando Nogueira de Araujo admitió al Correo Braziliense que participó de la ceremonia secreta realizada en el año 1973 en que el líder nazi habría sido enterrado en Paraguay. (ref)

Datos
del historiador Mariano Llano

El historiador paraguayo Mariano Llano, quien vivió un tiempo en Argentina trabajando como letrado en Buenos Aires y La Plata, en la primera edición de su libro "Hitler y los nazis en el Paraguay" (2004) sostuvo que Hitler murió en Paraguay.
De acuerdo al historiador, luego de que cayó derrocado el gobierno de Perón, Hitler entró a territorio paraguayo por el sur de ese país, desde la ciudad argentina de Posadas llegando al pueblo paraguayo de Encarnación, cruzando el río Paraná, para luego internarse en el Departamento de Itapúa. Hitler inicialmente se habría quedado algún tiempo en la casa del nazi Alban Krug, comerciante de la colonia alemana Hohenau, ubicada en Itapúa.
Llano, en el 2011, reveló que la presencia de Hitler en Paraguay a él mismo le fue ratificada por el presidente Alfredo Stroessner, a quien conocía personalmente.

También dice que recibió el llamado de una persona llamada Pedro Cáceres (Pedro Mariano Llano Cáceres) quien le aseguró que había conocido a Hitler y Eva Braun. Le testificó lo siguiente:
"Tenía 17 años cuando fui reclutado para el servicio militar obligatorio. Un día se me asignó el Ministerio del Interior, ubicado en las calles Estrella y Montevideo, en el centro de Asunción. Precisamente al mediodía yo estaba en la planta baja, junto a las escaleras y debajo de la primera planta, donde se encontraba el Doctor Edgar L. Insfrán -que había sido desde su juventud un miembro de la Liga Nazi- un hombre fuerte al lado del general Alfredo Stroessner, quien reinó desde 1954 hasta 1989, un total de 34 años, el país. El hombre nos señaló con el dedo a nosotros: "Usted, y Usted..., conmigo, ahora", nos ordenó. Tres de nosotros, que estábamos armados, fuimos seleccionados. Nos metimos en un Mercedes-Benz, dos soldados en el asiento trasero y uno en la parte delantera al lado del ministro. Tomamos la carretera 2 en San Lorenzo, Capiatá, Itauguá, Ypacaraí, Caacupé y Coronel Oviedo, Caaguazú, en dirección al este. Luego nos dirigimos por carreteras sin pavimentar. La gente del Ministerio de Obras Públicas había construido sólo el camino a la ciudad de Ciudad Nueva, que se encontraba en las orillas del río Paraná, frente a Foz de Iguazú (Brasil). Después de 20 kilómetros entramos en un camino de tierra roja, y llegamos a un callejón sin salida, que terminaba frente a una gran puerta de madera rodeada de alambre de púas. Hubo un gran movimiento de camiones y soldados. El edificio principal estaba en una colina, rodeada de árboles frondosos. La casa había sido construida en estilo español, con amplios corredores y una chimenea en el techo. Insfrán estacionó a diez metros de la entrada y entró por la puerta principal a la casa. Después de dos horas, regresó acompañado por un hombre mayor, que caminaba muy doblado. Miré al hombre, traté de disimular mi emoción y me dije en voz baja a mi mismo, "Es Hitler... es Hitler..." Se despidieron con un apretón de manos, a Hitler lo acompañaba una mujer rubia. Entonces volvimos a Asunción... Era el año 1960...". (ref)

Datos de Rainer Tilch

Uno de los argumentos de Rainer Tilch para sostener que Hitler vivió en Paraguay se basan en los testimonios del profesor Karl Bauer, un viejo científico alemán que falleció en 1995; éste le dijera que Hitler "tenía, como todo gobernante, los últimos medios disponibles para escapar e hizo uso de ellos. Huyó a la Argentina y más tarde vino al Paraguay". Otro testimonio que encontró Tilch fue el de un alemán, Hermann Rademacher, quien le dio precisiones sobre Hitler en Paraguay. Un tercer testimonio calificado que encontró Tilch fue el exdiplomático Helmuth Janz, quien cumplió funciones como secretario en la embajada germana en Paraguay, entre 1967 y 1972, y le comentó que conoció a un alemán que estaba seguro de haber visto a Hitler y Eva Braun en la gran fiesta anual de la Asociación Alemana de Tiro Deportivo de Altos ("Verein Patria") realizada en 1968.
En los últimos tiempos, Tilch pudo acceder a nuevas informaciones relacionadas con el estado de salud y el aspecto físico del líder nazi, merced a entrevistas realizadas a un anciano comisario; a un policía que fue custodio personal de Stroessner; a Francisca Acosta (mucama del general Emilio Díaz de Vivar); y a Carmen von Schmeling (una vecina de la localidad de Areguá, hija del alemán Hans Hugo von Schmeling y de la paraguaya Carmen Esther Caballero).
El comisario anciano y el policía le confirmaron tener datos sobre la presencia del jefe nazi en Paraguay. El comisario contó que vio a Hitler en una reunión de alemanes y militares realizada en la localidad de Villa Elisa, en la casa de una pareja alemana.

Francisca Acosta se acuerda perfectamente de esta circunstancia y da fe de que el líder nazi y Díaz de Vivar se reunieron en el parque de la mencionada quinta donde mantuvieron un extenso diálogo.
De acuerdo al testimonio dado por la señora Carmen (hija), Hitler visitó la quinta del citado general paraguayo al menos en una oportunidad. Aseguró que el Führer "llegó en un coche oficial del gobierno con escolta militar. Vestía una campera y boina como la que usaban los paracaidistas. Pero la custodia militar no permitió que la gente se acercara y por esta razón se lo vio solamente desde cierta distancia". (ref)

Opinión de Pablo Weschler

Preste atención a lo que explica este escritor:
"En mi corta estadía pude recibir aprobación a la llegada de submarinos nazis a Argentina en forma clandestina, quienes no traían solo a simples tripulantes de la fuerza naval alemana, sino que entre los 11 0 12 submarinos llegaron en ellos jerarcas nazis con sus familias, los cuales dejaron Europa y luego de una travesía de casi 9 semanas llegaron a las costas del sur Argentino. Vi personalmente documentos de la fuerza naval argentina la cual suspende los patrullajes de los barcos locales en las fechas que más y más testigos vieron decenas de veces submarinos cerca de las costas, otros testigos relatan con lujo de detalles la llegada de alemanes cuando militares argentinos los esperan en las playas del sur. (...)
No existe un lugar en el mundo que se parezca mas a la zona de los Alpes Suizos que los lagos de la zona de Bariloche, el mismo clima, los paisajes y hasta la población que en esos días era de origen suizo-alemán en su mayoría.
(ref)

El testimonio de Carlos Perciavalle

El actor Carlos Perciavalle cuenta que en el año 1970 en un viaje a Bariloche estaba junto a su amiga actriz Concepción "China" Zorrilla y vieron, a una mediana distancia, una gran fiesta con alemanes donde se hallaban Hitler y Eva Braun. Preguntándole un periodista del tema a la actriz sobre la veracidad del efecto, ella evadió pero no negó la experiencia. Se entiende que es ésta una inteligente y adulta manera de confirmar un evento de esta naturaleza. (ref)

Lea lo que dijo Perciavalle en una entrevista para la radio uruguaya Azul FM en un artículo del 17/01/11 dado por el portal Exitonia. Nuestro archivo. Seguidamente reproducimos su contenido:
“China y yo vimos a Adolfo Hitler y Eva Braun en Bariloche en 1970. Estábamos haciendo ‘Canciones para mirar’ de María Elena Walsh y fuimos a un hotel que se llama El Casco. El mozo del hotel nos anuncia que el dueño nos reconoció y nos quería saludar. Nos llevaron afuera y nos enfrentamos a un muro de 25 metros de altura, se abrió el portón y aparecieron doce perros doberman que nos dejaron petrificados. Entramos a una casa gigantesca que estaba llena de alemanes y sentados en el centro estaban Hitler y Eva Braun. China y yo nos quedamos mudos. Hitler seguía teniendo los bigotes como siempre, nos miramos con pánico y decidimos huir rápidamente. Ni nos sentamos, porque sentimos terror ante la sola presencia de ese diabólico ser. Nunca hablamos de esto. Nunca dijimos nada a nadie del terror. Hitler vivía 6 meses en Argentina y 6 meses en Chile“
Lea lo que dijo Zorrilla en una entrevista del 24/04/11 dado por el portal El País. Nuestro archivo. Seguidamente reproducimos su contenido:
"— China, ¿escuchó lo que dijo Perciavalle?
— Contame. ¿Qué dijo Carlitos?
— Que una vez, en 1970, estando con usted, les pareció haber visto a Hitler.
— Sí. Yo nunca hablo de eso. Entre Carlitos que siempre es tan conocido por los cuentos que hace y yo que tengo dos mil años y estoy contando estas cosas raras que me pasan en la vida... Es un episodio que quiero sacar de mi vida, porque no sé… Tanta gente me preguntó. Y Carlitos me dijo: `¿Pero no te acordás?` Y yo no
quiero acordarme y que haya sido cierto. Y no quiero acordarme y pensar que estoy inventando todo. ¿Te das cuenta? Tengo eso sin resolver. No estoy segura. Y después me veo preguntando a la gente, que dice: `Claro si en esa época es cuando Hitler estaba huyendo de no sé dónde`, y no sé si me lo inventan. Hay tantas cosas imposibles en este mundo. Carlitos es muy imaginativo, pero no puede hacer un chiste sobre eso. Podés decir que viste a Juan Pérez por la calle, pero no a Hitler. Es ir muy lejos con la fantasía. Carlitos no es bobo. Él está convencido de que lo vio. En un hotel… ¿Cómo es la historia que cuenta?
— Que estaban en un hotel de Bariloche, entraron a una sala, y lo vieron a Hitler con Eva Braun...
— Carlitos es muy inventivo, una vez que dice una cosa que es verdad no le cree nadie. Si lo dice (Federico) Luppi le creemos todos, pero a Carlitos qué le vas a creer. Es tan inventador de historias. Pero es un tema sobre el que no quiero volver a entrar, porque tengo miedo de que haya sido Hitler. Te juro que no sé si es verdad o no."

Archivos desclasificados del FBI

Tras estudiar decenas de archivos del FBI recientemente desclasificados, los expertos llegaron a la sorprendente conclusión de que Hitler fingió su propia muerte. "La narrativa que el Gobierno (de EE.UU.) nos da es una mentira si nos fijamos en los archivos", asegura Bob Baer, un agente veterano de la CIA. (...) Por su parte, el exinvestigador de crímenes de guerra de la ONU John Cencich, sugiere que el dictador nazi pasó un tiempo en las Islas Canarias, en Tenerife, antes de trasladarse finalmente a Argentina. Entre las pruebas descubiertas que corroboran esta nueva versión, los investigadores encontraron que el cuerpo de Hitler encontrado por las tropas soviéticas era unos 12 centímetros más pequeño que su estatura real, mientras que en el cráneo el agujero de la bala también era menor de lo que debería de haber sido. "Lo que sí sabemos, de pruebas, es que Hitler y Braun tenían dobles, con los que podían haber montado una perfecta escena del crimen", dijo Cencich. Además el estudio reveló la existencia de una red de túneles que ofrecían una vía de escape hasta el aeropuerto de Tempelhof en Berlín, desde donde podría haber escapado a España. (ref)
Se dispondría de un documento de la Oficina Federal de Investigaciones de los EE.UU. fechado el 12/09/45 que muestraría el comunicado de una desconocida persona Xxx a un periodista Zzz del diario Los Angeles de los EE.UU. Básicamente está diciendo lo siguiente:


"Xxx revelaba a que deseaba encontrar algún alto funcionario del gobierno que garantice la inmunidad al ser enviado de vuelta a la Argentina si le da la siguiente información. Según Xxx él era uno de los cuatro hombres que conoció a Hitler y a su partido cuando desembarcaron de dos submarinos en la Argentina aproximadamente dos semanas y media después de la caída de Berlín. Xxx continuó diciendo que el primer submarino llegó cerca de la costa alrededor de las 23:00 hs luego de que se había señalado que era seguro este desembarco en tierra, bajando entonces un médico y varios hombres. Aproximadamente dos horas después el segundo submarino llegó a la costa desembarcando Hitler, dos mujeres, otro médico y varios hombres más, aproximadamente 50, verificando la seguridad de todo el lugar. Por un plan de preparado con seis altos funcionarios argentinos, caballos de carga ya estaban esperando al grupo y a la luz del día se cargaron todos los suministros en estos caballos iniciando un viaje de algunos días hacia el interior del Sur de los Andes. Al caer la tarde llegaron al rancho  Hitler y su gente, que según Xxx se encuentran ahora en la clandestinidad. Xxx explica más específicamente que los submarinos desembarcaron a lo largo de la punta de la Península de Valdez junto al extremo Sur de la Argentina en el Golfo de San Matías. Xxx dijo que hay varios pueblos pequeños en esta área donde los miembros del partido de Hitler harían finalmente su asiento de familias alemanas. Llamó a estas ciudades San Antonio (Oeste), Viedma, Neuquén, (Muster), Carmen (de Patagones) y Rawson.
Xxx sostiene que puede nombrar a los seis funcionarios argentinos y también a los otros tres hombres que ayudadron a Hitler a viajar hacia el interior de su escondite. Xxx explicó que se le dió u$s 15.000 para ayudarlo en la operación. Xxx explicó que él estaba ahora oculto en los Estados Unidos y que más adelante podría decir cómo salió de la Argentina. Declaró a Zzz que iba a contar su historia a los funcionarios de los Estados Unidos después de la captura de Hitler para que le pueda evitar tener que volver a la Argentina. Explicó además a Zzz que el asunto ya estaba pensado en su mente y que él no quería mezclarse más en este asunto.
Según Xxx, Hitler se sufre de asma y úlceras, ha afeitado el bigote y modificada algo su fisonomía.
Xxx dio las siguientes instrucciones a Zzz: "Si va a ir a un hotel en San Antonio (Oeste), Argentina, voy a arreglar con un hombre para que lo vea allí y le ayude a localizar el rancho donde está Hitler. Esto en gran medida está vigilado, por supuesto, y que arriesgaba su vida al ir allí. Si tiene que ir a la Argentina, coloque un anuncio a modo de contraseña indicando "(...) Hempstead 8458", y no tendrá problemas en el camino a San Antonio (Oeste)".
La información anterior fue dada a Zzz, reportero investigador en el diario Los Angeles el 29 de julio de 1945."

Otras

Se sabría que el expresidente del Paraguay Alfredo Stroessner (1912-2006) dio cobijo a nazis de importancia como Martin Bormann, Hans-Ulrich Rudel, Otto Skorzeny, Eduard Roschmann y al "doctor" Joseph Mengele, entre otros fugitivos.
Por otra parte, Heinechen informalmente también admitió haber conocido a Mengele como médico de cabecera de Alfredo Jr. Stroessner, el hijo del expresidente, quien padeció problemas por abuso de alcohol e ingesta de drogas. (ref)


Lo común es ver siempre a Hitler acompañado de su esposa; esto hablaría a favor de la narrativa de muchos testimonios ya que coinciden en el efecto.


Conclusiones

Hitler era muy inteligente: ¿por qué entonces se iba a suicidar si poseía la infraestructura y los medios para escapar y ocultarse en una nueva vida? No se comprende tampoco que un gran estratega como lo fue no tuviera un plan de escape.
Si observamos las personas destacadas con texto en negrita, que si recordamos consideré como que darían un fehaciente o posible certeza en su testimonio, resulta una cantidad de 2 de ellas (Heinz Linge y Otto Günsche, aunque dicen que hay un tercero) a favor de la certeza que Hitler muriera en el búnker, frente a 26 (Celestino Quijada, Víctor Luego, Abel Basti, Eloísa Luján, Carmen Torrentegui, Dardo Castelluccio, Hilda Weiler, Anneliese Brunner, Manuel Monasterio, James Francis Byrnes, Gerrard Williams, Simon Dunstan, Fernando Nogueira de Araujo, Mariano Llano, Pedro Cáceres, Karl Bauer, Hermann Rademacher, Helmuth Janz, anciano comisario, policía que fue custodio personal de Stroessner, Francisca Acosta, Carmen von Schmeling, Carlos Perciavalle, Concepción "China" Zorrilla, Catalina Gamero, Hernán Ansín, Julio Arturo Heil) que se habría escapado y fallecido en Sudamérica.

Concluyo, por tanto, que Hitler falleciera en Sudamérica probablemente en Argentina o el Paraguay para eso del 1960/70.


Eugenio

25/05/14 al 27/05/14, Actualizaciones: 09/01/16, 01/02/21, 23/10/22
Mar del Plata, Argentina